Casa del Arbol

General information

¿Quiénes somos?

Mi nombre es Silvina, soy Maestra en educación infantil con especialización en dificultades de aprendizaje y niños con TEA. Tengo más de 6 años de experiencia en educación.
La alegría y el cariño que siempre han despertado los más pequeños en mí, ha hecho que no me vea realizando otra labor que no sea la de enseñar y estar al cuidado de ellos.
Siempre he estado en la búsqueda de seguir formándome tanto en lo teórico, práctico o artístico.
Los valores que conforman los pilares de mi trabajo son el respeto por el niño, su familia y la convicción de que este nuevo modelo de crianza que brinda libertad, acompañando y facilitando el proceso de aprendizaje es posible.

Soy Marina, arte terapeuta y artista. En los últimos años trabajé como maestra infantil, en escuelas y distintas organizaciones sociales. También forme parte de un equipo de estimulación temprana y funde un taller de arte y exploración para niños de 2 a 5 años.
Disfruto mucho trabajar con niños, observar sus procesos a medida que los voy acompañando y ser parte de ese momento tan crítico y mágico en sus vidas.
Creo firmemente que la crianza debe darse en un espacio de respeto y amor por uno mismo, los demás y el entorno que lo rodea. Encuentro muy placentero utilizar herramientas como el arte, la música y el movimiento para estimular la exploración y el crecimiento para facilitar un desarrollo favorable y feliz, siempre respetando el tiempo y proceso de cada niño.

¿Cómo trabajamos?

Casa del Árbol fue pensado como un espacio agradable, cálido y seguro para que quienes sean parte de este proyecto participen explorando y aprendiendo de manera placentera y respetuosa.
Creemos en que cada niño es un ser individual y único, con tiempos, procesos e intereses particulares. Por eso le damos especial importancia al respeto por el interés autentico que va desarrollando en cada momento de su vida.
Si bien no pertenecemos estrictamente a una corriente pedagógica, simpatizamos con Montessori y Waldorf, y tomamos algunos aspectos de ellas.
El método Montessori se caracteriza por proveer un ambiente preparado: ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños. El aula Montessori integra edades agrupadas en períodos de 3 años, lo que promueve naturalmente la socialización, el respeto y la solidaridad.
El ambiente preparado ofrece al niño oportunidades para comprometerse en un trabajo interesante, elegido libremente, que propicia prolongados períodos de concentración que no deben ser interrumpidos.
La libertad se desarrolla dentro de límites claros que permite a los niños convivir en la pequeña sociedad de aula.
Los niños trabajan con materiales concretos científicamente diseñados, que brindan las llaves para explorar el mundo y para desarrollar habilidades cognitivas básicas. Los materiales están diseñados para que el niño pueda reconocer el error por sí mismo y hacerse responsable del propio aprendizaje.
El adulto es un observador y un guía, ayuda y estimula al niño en todos sus esfuerzos. Le permite actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar confianza y disciplina interior.
La pedagogía Waldorf también tiene como finalidad el desarrollo de cada individuo, considerándolo único e irrepetible.
No sólo hace hincapié en los contenidos que cada persona va adquiriendo, sino también en el proceso mediante el cual logra el objetivo. Esto significa que el aprendizaje debe cobrar sentido y ser significante para que sea verdadero.
Considera el respeto por la naturaleza y la adquisición del arte primordial en su modo de enseñar, poniendo al maestro en un rol de co-aprendizaje junto al niño. Tanto el adulto como el niño participan en el proceso de aprendizaje y enseñanza.
Simpatizamos con ambas pedagogías y tomamos herramientas para fusionarlas y potenciar lo mejor de cada niño, con el fin de cooperar en el desarrollo de una persona feliz y respetuosa consigo mismo, los demás y el entorno que lo rodea.

¿Qué es la casa del árbol?

Es un centro de madres de día. Es un espacio de juego, respeto y libertad, que ofrece un seguimiento personalizado a niños entre 1 y 3 años. Somos dos jóvenes mujeres con experiencia como maestras y talleristas que queremos brindar calidez y cuidado en esta primera etapa tan importante de la vida. Nuestra misión es acompañar y guiar a los niños, tratando a cada uno como un individuo único con una gran capacidad de amar, respetar y aprender del medio que lo rodea.
Brindamos una enseñanza bilingüe (castellano e inglés) y tomando las herramientas que consideramos valiosas de la pedagogía Waldorf y Montessori.
Nos parece fundamental que el niño este en contacto con la naturaleza y al aire libre, por eso promovemos el juego haciendo paseos por parques de la zona y estimulamos la creatividad a través del arte y la música.

¿Qué significa la casa del árbol?

El nombre de este espacio surge por diferentes objetivos que tenemos presentes para llevar a cabo nuestro proyecto.
La casa surge de la necesidad de hacer de nuestro lugar un hogar, un ambiente familiar y acogedor y que no sea simplemente un espacio educativo o guardería. Y es la casa del árbol ya que vemos al árbol como un ser necesitado de raíces nutridas y fuertes para un crecimiento sano y feliz. Por lo tanto queremos cuidar y consolidar las raíces de la vida así cómo los primeros pasos del niño para ayudar a que ese desarrollo tenga su mejor potencial

Un día en la casa:

Desde primera hora de la mañana los niños van llegando según las necesidades de cada familia.
Después de tener un tiempo para darnos los buenos días, disfrutamos del juego libre. Cada día, disfrutaremos de una actividad distinta que inicia el adulto y que el niño continúa si lo desea: material sensorial, actividades artísticas y musicales, cesta de los tesoros, cubos encajables, puzzles de maderas, clasificación de materiales, cuentos, juegos de arrastre, juego simbólico, disfraces, etc.
Después recogemos los materiales y nos preparamos para ir al parque o a dar un paseo. Intentamos salir todos los días aunque haga peor tiempo, ya que los niños necesitan aire puro y salir a pasear. Con lo cual salimos a la calle y nos vamos al parque a disfrutar de los espacios verdes y de juego y comemos una riquísima merienda. Cuando se acerca la hora de comer, regresamos a la escuelita y nos aseamos, nos reunimos todos en la mesa previo haber cogido cuchara y babero para la comida.
Después nos lavamos los dientes y las manos, nos quitamos los zapatos y vamos a dormir la siesta en el espacio preparado para ello, con música para relajarnos.
Los niños que continúan luego de esta hora o ingresan a esta hora, (ya que hay libertad de horario que se ajusta a las necesidades de los padres), disfrutan de nuevas actividades, un nuevo paseo al aire libre y una merienda por la tarde.
Cuando se acerca la hora de irnos a casa, volvemos al espacio, y nos despedimos con mucho cariño hasta el otro día.